Entrada guiada, Ver las orejas al lobo de Alice Munro

 El tema del tiempo en Ver las orejas al lobo

El tiempo va a resultar una cuestión no sólo crucial en el cuento de Alice Munro sino que va a ser este tema el que vertebra y da sentido a la historia como concepto más allá de la mera intención narrativa de la misma. Por ello, vamos a tratar de estudiar cómo la autora ha utilizado distintas técnicas a la hora de contar el cuento que recuerdan (o no) y crean esa atmósfera en la que luchan, constantemente, la memoria y el olvido.

Para empezar a tratar el concepto del tiempo, la autora lo hace ya desde fuera, ni siquiera entrando a referirse al contenido del cuento sino ya con su propio título (y cuyo significado se ha tergiversado con su traducción al castellano). El título original “The bear came over the mountain” hace referencia a una nana de habla inglesa en la que se combinan constantemente el “came” (vino) con el “went” (se fue) en el que se crea un bucle donde el oso no deja de venir pasada la montaña o de irse pasando la montaña. La diferencia entre que venga o que se vaya depende del punto de vista de quien mira. Alice Munro lo utiliza de forma que, a la vez que se está yendo, se acerca la vejez o la muerte, el fin; pero a su vez va a venir y se va a dirigir hacia nosotros, refiriéndose a la llegada como el alcance de la niñez absoluta. Dependiendo del momento, nos vamos a estar balanceando entre el final y el comienzo constantemente. Este es un detalle que va a remitir a la situación que vive Fiona, una mujer con demencia o alzheimer, una enfermedad que dota a los ancianos de aquellas cualidades de inocencia y olvido (además de dependencia del resto, falta de autonomía) propias de la infancia. Así, Fiona se va a situar entre ese límite de la vejez y la niñez debido a su condición. Además, para colmo de la nana a la que remite el título del cuento, resulta que se suele utilizar para reforzar la memoria, un elemento más que ayuda a construir este universo del tiempo al que nos estamos refiriendo. 


Por otro lado, y ya introduciéndonos en lo que es la estructuración del tiempo dentro de la narración, nos vamos a encontrar con un recurso muy frecuente, el uso de analepsis, prolepsis y elipsis. Estas tres técnicas consisten en alterar el orden “lógico” o cronológico de los hechos con la intención, en este caso, de contribuir a la idea de cómo el tiempo es manipulado y distorsionado como resultado de la vejez o de enfermedades relacionadas con la vejez. La estructura del cuento se muestra a los lectores de manera aparentemente desordenada, con muchos saltos temporales y con la omisión de muchos datos, de forma que esta estructura resulta el reflejo de la mente de Fiona.


En este caso, encontramos una analepsis dentro de otra. Es decir, en la primera parte nos encontramos ante una situación en la que Grant y Fiona forman una relación normal, de dos adultos maduros (nos los imaginamos jóvenes, vigorosos). Cuando de repente, la historia da un salto y empieza a explicar que Fiona está llenando la casa de post-its, una práctica muy común en aquellos pacientes con comienzo de alzheimer. Evidentemente, se trata de una situación que se aleja bastante temporalmente de la primera, donde ya nos imaginamos a Fiona con rasgos de persona anciana, más mayor, más consumida. Sin embargo, el  propio párrafo explica que eso ocurre un año antes de lo ocurrido previamente. Y sabemos que son dos analepsis porque conforme avanza el cuento, comprendemos que Fiona y Grant están en otra situación distinta, Fiona ya pertenece a una residencia, por lo que estas dos posiciones no pertenecen al presente, son dos “flashback”.


Es importante tener en cuenta que las faltas de memoria de Fiona se evidencian y salen más a flote cuando se contrastan con la memoria lúcida del personaje de Grant. Grant es un hombre capaz de fijarse en los detalles más mínimos y de tener memoria para minucias. Sin embargo, resulta una paradoja constante y muy recurrente en el cuento el hecho de que Grant sea capaz de describir cómo eran sus amantes o incluso cómo es la cocina de Marian, cuando por el contrario no es capaz de recordar cosas más específicas de Fiona, siendo esta su mujer y la persona con la que ha pasado gran parte de su vida. De esta manera, el tiempo también está haciendo de las suyas en la mente de Grant y no sólo en la de Fiona. Podemos observar que quizá Grant ha dejado pasar los años con su mujer sin tomar mucho valor de su relación. Grant siempre ha tenido más tiempo para sus asuntos personales, sus libros, sus clases y sus amantes que para su propia mujer, lo que provoca que el tiempo con Fiona resulte fugaz, los momentos con ella han pasado rápidos, y como resultado muchos ni permanecen en su cabeza o lo hacen de forma distorsionada. En cambio, el tiempo que pasa Grant con sus amantes resulta mayor aunque numéricamente las horas con ellas fueran menos. Esta idea es exprimida al máximo por Munro al darle más espacio, más líneas y párrafos a la descripción de Grant en este tipo de situaciones que a Grant con Fiona. Cuando lees el cuento, tu sensación (gracias a las numerosas elipsis introducidas a lo largo de la historia) es que careces de mucha información acerca de Fiona, cuando esta información rebosa en las mujeres con las que se ha relacionado esporádicamente Grant. Y esta sensación no es más que el fruto del uso del recurso de la longitud y extensión en ciertas situaciones y lo efímero, rápido y difuso en otras. 


Ejemplo de Grant hablando, por un lado, de Fiona y por otro lado, de Marian.

La aceleración y pausa del tiempo como forma de introducir el cuento es el resultado de, por un lado, los vagos recuerdos de Fiona y la memoria selectiva de Grant, además de una narración externa que se adapta dependiendo de lo que se trate en cada momento. En el caso de Grant en relación con Fiona, como ya hemos dicho antes, da la sensación de que pasa de manera fugaz cuando piensa en ella; sin embargo, esto cambia completamente cuando Grant acude al Lago del Prado a visitarla, donde descubre que se ha enamorado de otro hombre. Desde este momento, el interés de Grant por Fiona va a aumentar notablemente, haciendo que los pasajes o las páginas del cuento en las que se hable de Fiona y de su relación con la residencia y con Aubrey, sea minuciosa y extendida. Parece que Grant comienza a anhelar todo lo que no ha valorado de Fiona cuando eran jóvenes y libres, y ahora la mayor parte de su tiempo está dedicado a ella o a ir a visitarla. Así, como ahora para Grant su vida se basa en Fiona, la longitud del cuento y la extensión de estas situaciones aumenta notablemente, de forma que a partir de la mitad del cuento el tema central es la residencia y Fiona con Aubrey.


Como hemos podido observar, para Munro los pequeños detalles son la joya de sus cuentos, al menos de este. No sólo los detalles en boca de los personajes sino por su parte a la hora de introducir el tiempo como sistema de vertebración de la obra, un trabajo que resulta satisfactorio por su buen manejo de los recursos literarios y el contenido minucioso.


Para terminar, recordemos el final del libro, una despedida con sabor a recibimiento, a nuevo encuentro, donde la vieja y enferma Fiona recupera el humor y la gracia del principio y donde Grant muestra su amor por Fiona como el amor inocente y puro del principio, de lo desconocido (de nuevo, ese ciclo que une el final, con el principio, ese juego del tiempo que caracteriza esta historia).


- Sara Luisa Herrero-

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